Los empresarios de la provincia han propuesto a la Diputación y a la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM) más de setenta acciones para estimular la economía local y diversificar la producción en las diferentes comarcas, en función de sus características y peculiaridades. El objetivo compartido es estimular la actividad y apuntalar la recuperación que ha marcado el turismo gracias a unos datos históricos en el recién concluido verano.
La construcción de un puerto deportivo en la Axarquía, la apertura del concluido palacio de congresos de Antequera, una escuela de servicios turísticos avanzados en la Costa del Sol o una industria de transformación de productos ecológicos y pesqueros en el Guadalhorce y la Axarquía son algunos de los planteamientos empresariales recogidos en el Informe de Condicionantes a la Innovación de la Provincia de Málaga, realizado en virtud del convenio suscrito entre ambas instituciones para la mejora del tejido productivo.
El presidente de la Diputación, Elías Bendodo, y su homólogo en la CEM, Javier González de Lara, han presentado las conclusiones de este informe, que ha contado con la ayuda de asociaciones empresariales de toda la provincia. El eje estratégico surgido del estudio establece la necesidad de “presentar y vender la provincia como un todo, combinación de cultura, ocio, negocios, turismo, gastronomía o sostenibilidad”, ha asegurado Bendodo.
Turismo de salud y producción agroalimentaria
Dentro de las propuestas concretas de los empresarios, que apuestan por minimizar los riesgos mediante el desarrollo simultáneo de sectores productivos alternativos, están también un hospital para impulsar el turismo de salud en la Axarquía; la potenciación de recursos exclusivos de la Serranía de Ronda como el circuito Ascari; una nueva escuela de hostelería en el Guadalhorce, o sacar más partido a la producción agroalimentaria de los sectores ovino y caprino, en los que la provincia es un referente nacional.
Todas estas propuestas, ha explicado Bendodo, salen de los empresarios, “que son los que crean empleo, para lo que las instituciones públicas como la Diputación tenemos que facilitar las condiciones óptimas de inversión y fomento de la actividad”. La cooperación que explicita este estudio es “la constatación de que tenemos un mismo objeto y objetivo en nuestro trabajo, que es estimular la economía local y mejorar la competitividad”.
En los más de setenta proyectos que recoge el informe se incluyen la adaptación de la oferta a la demanda en Málaga capital, es decir, todo lo relacionado con los horarios y los servicios adaptados; la definición de un mensaje común en la venta de los productos locales, algo que la Diputación ya ha impulsado por medio de la marca ‘Sabor a Málaga’; la captación de capital extranjero para la instalación de empresas internacionales en la Costa del Sol, o recuperar la manipulación y elaboración de la dolomía, un mineral típico del Guadalhorce que se puede usar como árido en la construcción.
“Tenemos el reto de mejorar la competitividad, la formación, la modernización de nuestras empresas, fomentar el emprendimiento y tirar del carro de la economía, como ya hacemos en el conjunto de Andalucía y también en el sector turístico nacional gracias al turismo”, ha afirmado el presidente de la Diputación. En este sentido, tanto Bendodo como González de Lara han insistido en que la colaboración público-privada debe ser la base de la estimulación económica.
Impulso de sectores emergentes
Por su parte, el máximo responsable de la CEM ha incidido en la necesidad de la reestructuración de las actividades productivas que aún se encuentran en crisis “por la vía del impulso de los sectores emergentes”. González de Lara ha asegurado que la innovación no es sólo tecnológica, “sino de producto, de servicio, de transformación”.
Así, ha explicado que la parte de análisis cuantitativo del informe concluye que las empresas “son conscientes del valor estratégico de la innovación, y que ésta no está condicionada por el tamaño de la empresa ni por su sector de actividad”. Sin embargo, la inversión que se destina a esta apartado es mejorable, sobre todo debido a la crisis actual y al hecho de que la estructura del tejido productivo está fundamentalmente formada por pymes y autónomos.
Por último, González de Lara ha añadido que el conocido “miedo al fracaso” de los empresarios tiene también que ver con el hecho de que la apuesta por la innovación no sea óptima, para lo que propone que este elemento estratégico se convierta en el verdadero reto de la actividad productiva “para mejorar, pero también para sobrevivir”.